Mario Irrivarren: Me opere la nariz

Nació un 24 de abril, hace 21 años, Mario Sergio Irivarren León, su mamá se llama Marcela y su papá Moisés. Le dicen “La calavera coqueta”, de chiquito era un flacucho narizón que con el tiempo logró transformarse. 

Actualmente es el galán más cotizado de las quinceañeras, quienes se pelean para que sean su chambelán. Era un niño de coqueta sonrisa que sobresalía por ser el más aplicado del salón amarillo del nido estatal “Luna de Muti Villa Jardín” en San Luis. 

Su padre grababa orgulloso de cada actuación que participaba, con los años Mario ya era un adolescente y no solo su delgado cuerpo desarrollaba sino su gran nariz. Hace dos años le decían el flaco y trabajaba en un conocido restaurante de comida rápida, sueldo era 300 soles mensuales. 

Una vez se le acerca un señor y le dice si quería hacer un casting para un concurso. “La verdad no le creí, pensé que era traficante de órganos”, contó entre risas. 

En el colegio no participaba en las actuaciones por los días festivos, nunca destacó por ser el graciosito de la casa, por eso cuando le comentó a su mamá que podría estar en la televisión le sorprendió mucho. “Él nunca quería participar, entonces cuando me comenta lo del programa que se había presentado y que probablemente podría estar ahí me sorprendí y ahora que lo veo es un orgullo para mí”, expresó su mamá. 

“Mario era un niño llorón, era una calavera llorona”, agregó. En lo que sí sobresalía el popular “Tomatesito”, como acostumbraban decirle sus amigos del colegio era la palomillada. “Una vez me tiré la pera y me agarró mi viejo”, dijo Mario.

Cuando terminó la secundaria se quiso operar la nariz, él tenía 16 años y como su familia no podía costear la operación, trabajó en lo que sea. “Yo empecé a cortar hilos, las costureras cocían y yo cortaba los hilitos que sobraban. Me pagaban 120 soles semanales y trabajaba de lunes a sábado de 8 am a 8 pm”. “Me saqué la mugre trabajando y salió mal la operación, me volví a operar y volvió a salir mal, hasta que un doctor me cobró el doble y me dijo que habían pocas posibilidades que salga bien pero felizmente todo salió muy bien”, habló “Tomatesito”. 

Posteriormente quiso empezar a estudiar pero su familia tampoco podía pagarlo, así que entró a trabajar en un fast food. “Ganaba mis 300 lucas bien pagadas mensuales, en Kentucky (KFC) en convenio con la ISIL te becan para estudiar”. 

Para eso entonces el flaco quería marcar sus escuálidos músculos y fue ahí cuando el productor de “Combate” lo vio y le propuso hacer el casting para los futuros combatientes. “A eso yo le llamo estar en el momento y hora precisa. 

Pasé el roche de mi vida, conté un chiste y nadie se rió, me hicieron cantar, modelar”, señaló en combatiente rojo. Mario vive en el límite de San Borja y San Luis, sus padres son separados, su casa es muy modesta, comparte cuarto con su mamá y hermano. 

Además su vivienda es alquilada desde que nació. “Yo recuerdo cuando mi mamá pasó unas épocas muy difíciles”, dijo entre lágrimas. “Pero todo siempre adelante, simple con la mirada adelante, uno nunca puede derrumbarse, en los momentos difíciles uno tiene que buscarle el lado bueno, a todo”, añadió su madre, pues a Mario se le quebró la voz.

Finalmente el combatiente juntó capital de sus ingresos mensuales y con las giras que realiza con “Combate” para emprender una cebichería en Manchay. “Se llama ‘El rincón tumbesino’ y mi tío es el chef”, finalizó.